Cuidar las manos y los pies durante la terapia contra el cáncer
Quimioterapia, radioterapia, terapias dirigidas… las terapias contra el cáncer debilitan la piel en general, y la de las manos y los pies en particular. Pero hay soluciones para prevenir y mitigar estos efectos secundarios.
La quimioterapia y las terapias dirigidas pueden resecar la piel de las manos y los pies. Estas terapias contra el cáncer debilitan los pequeños vasos sanguíneos de la piel, lo que provoca reacciones
de hinchazón. El resultado: enrojecimiento, hinchazón, grietas, engrosamiento de la piel, etc. Para calmar y suavizar las manos y los pies, hay varias medidas cotidianas que pueden ser útiles
y eficaces. Los productos adecuados también ayudan a aliviar la piel y a proteger las palmas y las plantas de los pies, además de los dedos de las manos y de los pies, hasta la punta de las uñas.
Ante la menor duda o el más mínimo traumatismo, golpe, corte, etc., consulta a un médico para tratar la situación lo antes posible y de forma adecuada, a fin de evitar un deterioro de
la situación o incluso una infección.
¿Qué se puede hacer con el síndrome mano-pie?
El síndrome mano-pie es una afección que hace hinchar las palmas de las manos y las plantas de los pies y se produce después de ciertas quimioterapias o terapias dirigidas. Se caracteriza por el
enrojecimiento, la hinchazón, la sequedad o las ampollas. Para limitar estos efectos adversos, se recomienda utilizar guantes durante las actividades diarias y aplicar generosamente un producto de cuidado
de manos hidratante varias veces al día. Para los pies, es muy recomendable llevar calcetines de algodón, zapatos cómodos y, a veces, incluso plantillas ortopédicas, sin olvidarte de
aplicar una crema hidratante.
¿Qué debe evitarse o limitarse?
La exposición de manos y pies al calor, actividades que impliquen el roce de la piel o la presión sobre las manos, como las tareas domésticas, la conducción o la jardinería. Evita
caminar durante mucho tiempo y limita las salidas a correr. Antes de iniciar la terapia contra el cáncer, se recomienda el cuidado de los pies para deshacerse de todas las callosidades, que son las zonas
con mayor riesgo de sufrir los efectos secundarios.
Empecé a tener mucho dolor debajo de los pies; pensé que era por mis zapatos nuevos, pero no: era un efecto secundario de mi terapia contra el cáncer. Ahora, me cuido los pies y las manos; es importante.
Alice
Terapias y envolturas nutritivas para engrosar la piel
En ocasiones, la piel tiende a engrosarse luego de la terapia contra el cáncer. Como resultado, se vuelve áspera y a veces dolorosa.
Nutre la piel…
Para reducir el engrosamiento de la piel de las manos y los pies, aplica una crema emoliente intensa. Si es posible, esto debería hacerse varias veces al día, centrándose en los talones
y otras zonas de apoyo.
…y cúbrela para potenciar los efectos
Para que este paso de hidratación frecuente sea lo más eficaz posible, existe un método: las envolturas. Las manos y los pies se cubren con guantes y calcetines de algodón o seda
después de haber dado un suave masaje con una cantidad suficiente de emoliente. Consejo: para una mayor eficacia, déjate puestos los guantes o los calcetines durante la noche.
En cuanto al cuidado de las manos y los pies, es esencial no olvidar las uñas, que necesitan la misma atención. Cuando se aplica un emoliente en las manos o en los pies, también hay que hidratar
y masajear el borde y el cuerpo de la uña. Otros consejos para proteger esta zona: no te cortes las uñas demasiado cortas y no te toques las cutículas, para evitar microlesiones. Si quieres
aplicarte un esmalte, elige uno que no esté perlado y con base de silicona, y opta por un quitaesmalte sin acetona a la hora de retirarlo. No dudes en recurrir a un socioesteticista para realizar estas
terapias.
Actuar contra las grietas
Las terapias contra el cáncer suelen provocar sequedad, lo que favorece la aparición de grietas. Para evitar que se desarrollen y reducir su impacto en las actividades diarias, hay que hacer algunas cosas.
Evita tomar baños largos y calientes. Además, debes utilizar barras o aceites limpiadores dermatológicos en lugar de jabones líquidos o sólidos. Lo mejor es utilizar productos
de limpieza muy suaves, sin jabón ni perfume, tanto para las manos como para los pies. Por último, hidratar con un emoliente varias veces al día ayuda a prevenir la formación de grietas
y a reducir las molestias.
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